Requisitos para ser Presidente en México

Así es, lo que muchos conocen como Republica de México o, simplemente, México, en realidad lleva el nombre oficial de los Estados Unidos Mexicanos. Aclarado esto, pasemos a lo que nos compete.

Al igual que en prácticamente todos los países de América Latina, y de muchos países de occidente en general, los requisitos necesarios para optar a la presidencia de los Estados Unidos Mexicanos resultan ser muy similares.

Comparaciones generales entre México y el resto de países en sus requisitos para optar a la presidencia

En casi todos los países del continente americano y del resto de occidente, la edad mínima suele ser el principal y primer requisito mencionado en sus estatutos y leyes. Estando ésta establecida, en promedio, entre los 30 y 35 años. Con la sobresaliente excepción de Francia, que establece una edad mínima de 23 años para optar al cargo.

Por otro lado, en la mayoría de países se establece como requisito incuestionable para optar por la presidencia, que el candidato sea nacido en el país en cuestión. A este respecto el dato curioso recae en México, en el que además se demanda que el candidato tenga no menos de 20 años residiendo en el país al momento de celebrar las elecciones.

Finalmente, otra similitud importante en cuanto a los requerimientos para ser presidente en buena parte de los países de occidente radica en sus exigencias académicas y/o profesionales. Y es que resulta pues, que esas exigencias no existen. Tal como estás leyendo, las cartas magnas de muchos países occidentales, incluyendo a México, obvian por completo este tema. Lo cual deja por sentado que cualquier ciudadano, sin importar su grado de instrucción y siempre que cuente con la edad mínima establecida y suficiente tiempo de residencia en el país, podrá optar al cargo de presidente de los Estados Unidos Mexicanos.

Requisitos legales para ser presidente de la República Mexicana

Cuando hablamos de legalidad, nos estamos refiriendo a lineamientos y/o condiciones establecidas en un marco constitucional. Siendo que este marco constitucional fuese, en primera instancia, propuesto por la comunidad sobre la que recaerán sus leyes; en segunda instancia, diseñado por expertos en el área de leyes y; en última instancia, avalado por el voto popular mediante elecciones libres.

Así pues, los requisitos legales para ser presidente de los Estados Unidos Mexicanos, se hayan clara e incuestionablemente establecidos en carta magna de esta nación, a saber; la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Según lo establece el artículo 82 de esta carta magna, los requisitos indispensables e incuestionables para ser presidente de los Estados Unidos Mexicanos, son los siguientes:

1. Ser ciudadano mexicano por nacimiento, en pleno goce de sus derechos, e hijo de padres mexicanos por nacimiento.
2. Tener 35 años cumplidos al tiempo de la elección.
3. Haber residido en el país durante todo el año anterior al día de la elección.
4. No pertenecer al estado eclesiástico ni ser ministro de algún culto.
5. No estar en servicio activo, en caso de pertenecer al Ejército, seis meses antes del día de la elección.
6. No ser secretario o subsecretario de Estado, jefe o secretario general del Departamento Administrativo, Procurador General de la República, ni gobernador de algún Estado, a menos de que se separe de su puesto seis meses antes del día de la elección.
7. No estar comprendido en alguna de las causas de incapacidad establecidas en el artículo 83.

¿Y qué se establece en el artículo 83?

Uno de los requisitos establecidos en la Constitución Política de los Estados Unidos de México indica de manera tajante que, un ciudadano que de cualquier manera haya fungido como presidente de la nación, sencillamente no puede optar nuevamente al cargo por el resto de su vida.

Explicita y literalmente, esta carta magna establece, en su artículo 83, lo siguiente:

“El Presidente entrará a ejercer su encargo el 1o. de diciembre y durara en el seis años. El ciudadano que haya desempeñado el cargo de Presidente de la República, electo popularmente, o con el carácter de interino, provisional o sustituto, en ningún caso y por ningún motivo podrá volver a desempeñar ese puesto.”

Requisitos legítimos para ser presidente de los Estados Unidos Mexicanos

Cuando hablamos de legitimidad, nos estamos refiriendo a patrones de conducta o a condiciones socialmente establecidas y aceptadas. Es decir, a diferencia de la legalidad, lo legítimo no necesariamente tiene que estar establecido en un marco constitucional, basta con que el conjunto de la sociedad tenga la aprobación del hecho al que se hace referencia como legítimo.

En este sentido, los requisitos legítimos para ser presidente de los Estados Unidos Mexicanos podrían ser los siguientes:

1. Generar la suficiente confianza de la población electoral.
2. Tener (o por lo menos mostrar) empatía con las aspiraciones y deseos de la población en general.
3. Atraer a la mayor cantidad de seguidores mediante la campaña política previa a la celebración de las elecciones.
4. Y por supuesto, ser finalmente ganador de las elecciones gracias a la aceptación mayoritaria del conjunto de la sociedad.

Requisitos actitudinales para ser presidente de los Estados Unidos Mexicanos

Finalmente, y de manera más breve, podemos mencionar también que para ser presidente de los Estados Unidos Mexicanos, se requiere un componente actitudinal excepcional debido al fuerte peso que recaerá sobre los hombros de aquel que resulte electo. Pues hablamos de nada menos que de las aspiraciones, sueños y deseos de toda una nación.

Dicho de otro modo, para ser presidente de México el ciudadano interesado deberá contar con las suficientes cualidades y capacidades necesarias para soportar altos niveles de estrés.

Hablamos de agendas ajetreadas, constantes reuniones y viajes, jornadas laborales extensas, la presión de la prensa, la presión de la comunidad internacional, la presión de los sectores productivos y empresariales de la sociedad, y un sinfín de cuestiones más. Sin dejar de lado claro está, la mirada y el juicio constante de sus electores y de la población en general.